El mantenimiento de calderas, todo lo que debes saber
Como la caldera es uno de los equipos más importantes de nuestro hogar, necesita un mantenimiento, para hacerlo se utilizan dos procedimientos. Veamos en que consiste el mantenimiento de la caldera.
En el primero, un técnico debe hacer la comprobación del buen funcionamiento de la instalación del gas en su totalidad, aspectos como la estanqueidad, el estado de conservación del contador o el estado y vigencia de las tuberías, llaves y goma serán revisadas durante la inspección. Para realizarla, se debe contactar previamente al cliente, por correo o por fijación de carteles, esto se hace para evitar que aquel no se encuentre en su residencia el día pautado para la inspección. Los gastos de este servicio, que se reflejarán en la factura de gas de la compañía, incluyen tanto los de gestión de la distribuidora como la inspección realizada por el especialista, la misma debe hacerse cada cuatro o cinco años.
Comprobar funcionamiento de la caldera
El segundo procedimiento, que es distinto al anterior y varía de acuerdo a cada equipo, permite comprobar el buen funcionamiento de la caldera, este será realizado por el servicio técnico oficial del fabricante, ya que posee el conocimiento de sus aparatos, sus problemas típicos y garantizan los repuestos originales en caso de necesitarlos, sin embargo, también se pueden contratar técnicos particulares homologados o a la misma distribuidora que, en algunas ocasiones, presta este servicio. Sin embargo, cuando las instalaciones sean de más de 70 KW, las cuales poseen una normativa diferente a las de las instalaciones domésticas, tendrán un contrato de mantenimiento con una empresa que llevará a cabo las revisiones con la periodicidad establecida por la normativa vigente. En cuanto al precio, este puede variar en función del contrato o de quién lo realice, pero si los clientes contratan el servicio de mantenimiento anual proporcionado por los fabricantes, este resultará gratuito. Las revisiones a la caldera, según el Reglamento de las Instalaciones Térmicas de un Edificio (RITE), deben realizarse cada dos años, pero las de gasóleo deben revisarse anualmente, pudiendo reducirse este periodo si el fabricante lo especifica en el manual de mantenimiento.